lunes, 31 de diciembre de 2012

31 de diciembre


Los hombres —y las mujeres— se abrazan y se besan,
una vez y otra, como en un ritual extraño y sin sentido,
mirándose fijamente a los ojos, reconociéndose.
Las palabras huecas se ensanchan de esperanza
y entre beso y abrazo se escucha como un susurro
la misma frase perenne, “aún sigo aquí”.
Porque nada dura eternamente.

Yo observo y dejo hacer, desde los palcos.
Me siento intrigado a contemplar el júbilo
de la renovación periódica y demente
de un espacio de tiempo imaginado.
Y también la derrota dibujada en algunas miradas.
Y las lágrimas ausentes de los que no.
Y, a pesar de todo, sonrío.
Porque nada dura eternamente.

Y porque nada dura eternamente
yo propongo fundar la esperanza cada día,
multiplicar besos y sumar abrazos,
festejar cada centímetro, cada milímetro
de todos los metros inabarcables,
dejar los palcos e implicarse.
A pesar de la sospecha de la muerte.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Mi casa


He decidido vivir en una casa
que moi même je bâtirai,
je ferai les murs de toutes mes langues,
argamasa, terra e pedra.
Na cociña unha lareira,
un falar paseniño,
unha dóce tempestade.
Los pasillos castellanos como rutas atlánticas
que llevan a todos lados,
rutas de sueño en busca de todo,
naufragios del alma.
Le lit et le coeur au noyau de la vie,
le centre même,
la langue de Molière et ses libertins,
le sucre et le sel.
Non podo elixir.
Je n’peux pas choisir.
Mi casa es el mundo,
a miña patria, ti. 

sábado, 1 de diciembre de 2012

Desencuentros


Te irás,
como todos nos vamos,
dejarás las paredes blindadas de fotografías,
tres gotas de esmalte y el parquet malherido,
olor a tabaco y un aire de nido.
Te irás y me dejarás,
enfrentado a tu ausencia y a mi peor enemigo,
solo ante mi reflejo deformado en un espejo
como un clavo anhelante esperando su martillo,
como un cero a la izquierda.
Pensaré en ti cada mañana,
enredado entre los pliegues de mi cama,
con la mano.
Pensaré en ti, como ahora te olvido.