viernes, 12 de octubre de 2012

12-10-2012


A Fiya, el día de su boda
El tiempo, amigo, ha ido pasando,
cubriendo nuestras huellas con la arena del tiempo,
fundando su futuro en los cimientos del recuerdo,
volviéndonos locos de amor,
enajenados de sueños.

Tropezamos juntos en todas las piedras del camino
escribiendo —fuenteovejuna— las derrotas que elegimos,
sonriendo, pues sabemos del absurdo de estar vivos.

Fuimos viento fresco por las calles de agua
en las noches de invierno privadas de alba,
nobles de baja estopa los lunes por la mañana.

Nos vestimos de héroes en nuestra propia tragedia,
conscientes de la muerte a la vuelta de la esquina,
impostando el alma para engañar a la miseria,
brindando con fuego por las entrañas de la vida.

El tiempo, amigo mío, quizá bifurque nuestros pasos,
quizá eternice los silencios,
quizá borre los secretos,
pero queda lo mejor y… ¡qué nos quiten lo bailado!


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