domingo, 3 de junio de 2012

Aires de guerra

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Arduo es el trabajo de cavar la propia tumba
y sin embargo los hombres se ayudan,
se dan la mano sucia de tierra y sonríen,
elevan a sagrado el sudor de sus frentes
revelando el irónico destino infame
de la pulcra inexistencia más allá de la carne.

Los hombres cantan canciones de siega,
marchan marciales en marchas triunfales,
con sangre firman armisticios en el aire,
se observan inquietos temiendo pelea.

Los árboles callan y otorgan, habituados.
Los insectos hambrientos presienten el festín.
La hora es llegada y el caos aguarda.

Todas las palabras son ofensa irreparable,
las patrias se inflaman, engordan y arden,
alimentando diferencia,
segregando odios razonables
que anidan en pechos desprovistos de razón,
apenas corazas que no esconden corazón.

Los estandartes abandonan sus guaridas,
los generales hollan nuestros sueños,
bendicen la barbarie con denuedo,
y los campos se abarrotan de suicidas.

Aires de guerra soplan,
y los poetas presienten
una nueva derrota.





2 comentarios:

  1. Me han gustado estos versos. Tienen ese toque reivindicativo tan necesario siempre. Un abrazote. Tino

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  2. Grazas compañeiro! Xa sabes, un que ten as suas taras! Unha aperta! Hala Celta!

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