domingo, 27 de noviembre de 2011

Ontología


No escribo poesía,
no cuento sílabas,
no enajeno ninfas etéreas  o atemporales,
no desvisto la pureza, la eterna ausente,
no sucumbo a la melancolía.

Mis versos son piedras que golpear,
sentencias a vida consciente,
una excusa para nombrar.

Mis palabras son como el viento
que huye de boca en boca moldeándose,
haciéndose de nadie.

No escribo poesía,
no vendo el humo que me nutre,
no sueño un auditorio,
no empeño una palabra,
no revelo un universo.

No escribo poesía,
quizá por eso sea poeta.

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