domingo, 20 de marzo de 2011

El sol de una mañana



Si solo esta mañana no tuviera sabor a huida,
si no se repitiese el mismo paisaje plaza tras plaza,
si ensordecieran los gritos feroces de la turba que pasa
gritando ¡Herejía! por los templos y la vida,
tendría sentido este viaje sin retornos.

Si de sentido el amor no careciera arañándote la entraña,
un grano de sal enquistado en cada herida
que el tiempo impone si te has vivido heroína
regala arrugas en la cara y cicatrices en el alma,
tendrían respuesta las preguntas absurdas.

Si no hubieran tropezado mis pasos con tus risas
y no hubieran estallado en un estruendo acompasado,
en un chirriar de cama y llamas.
en un gemir y batir palmas,
no estaría el sol tan elegante y generoso con sus rayos,
y no me sentiría de nuevo derrotada, pero viva.



Imagen: Morning sun, de Edward Hooper

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