martes, 22 de junio de 2010

Lámparas de lectura


La duda corroe las entrañas del poeta,
repite y repite palabras como gotas de agua
pesadas como piedras que no besan nunca el suelo,
recoge silencios cultivados en un corazón reino del espanto,
naufraga de pura ignorancia.

Todas sus palabras valen nada,
son apenas un estertor de luz
escupido por una estrella moribunda
consumido en su propio brillo.

La búsqueda de la verdad es caminar hacia la muerte
con un deseo oscuro de permanencia
a través de la dignidad de un epitafio
que se estampa suicida en una roca.

Sí, mi corazón es reino del espanto,
alberga un alma condenada por el miedo,
por el terror de saberse apenas nada,
un rastro de aire en el viento,
apenas un grito.

¿Qué palabra será mi última palabra?
¿Quién habrá que la ilumine?

1 comentario:

  1. hay muchas frases sentenciosas, me gusta mucho el poema, de verdad.

    te adjunto a mis favoritos.
    Un beso, compañero,

    Natalia

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