domingo, 2 de mayo de 2010

Corazón apátrida


Imagina que fundamos un país nuevo,
un país distinto,
que ponemos por bandera un hueco
y por escudo una puerta abierta.

Imagina que olvidamos las fronteras,
los castillos de miedo,
las almas que defienden las almenas,
todos los odios.

Imagina que nos damos la mano,
que compartimos la tierra y su fruto,
que respiramos y respetamos,
el diálogo.

Imagina un país sin barrotes,
sin aseguradoras y sin bancos,
sin policía con garrote,
un país sin extraños.

Luego,
despierta y saluda a la patria.

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