martes, 20 de abril de 2010

Le journal


Las balas atraviesan la pantalla
y se incrustan implacables en mi pecho.
Toda esa sangre es mi sangre,
cada lágrima seca.
La catarsis completa la información.
Sentado, lívido, casi inerte
me espanto ante la normalidad
de la locura y la barbarie.
Fundido a negro.
Una bella periodista ofrece su sonrisa
mientras da paso a la última hora.
"Fuentes de la inteligencia militar..."
Mi alma estalla y se funde con la nada.
Finalmente deportes (fútbol).
Amén.

viernes, 16 de abril de 2010

Respeto


Pido respeto para la herrumbre
de todas las anclas naufragadas,
para las ruinas vigorosas
que soñaron ser templos cierto día,
para los versos olvidados
en el polvo de una biblioteca cerrada,
para víctimas y verdugos.
Sobre todo para víctimas.

Pido serenamente respeto para la verdad
esquiva y ahogada en sus dudas,
para la mentira que ofrezca
un mísero gramo de esperanza,
para el llanto a tiempo y la alegría intempestiva,
para la muerte siempre incomprendida,
ajena a la nada, pido respeto.

Exijo implacable respeto
para los que gimen o cantan,
para los que huyen o lloran,
para los que sí y los que no,
para todo modo de amar.

Los puentes


El hombre construye puentes
que cruzar para el absurdo,
por placer de construir.

El hombre se recrea en diccionarios
que codifican la incapacidad de decir,
que originan y asesinan la libertad.

El hombre se parapeta en sus diques,
a salvo de nada,
y multiplica su ego hasta el infinito o dios,
hasta la verdad inalcanzable.

El hombre se erige en héroe,
caricatura deformada de sí mismo,
que fracasa en todo intento de creación.

El hombre construye puentes
que se agrietan y desmoronan
bajo el insoportable peso del aire.

miércoles, 7 de abril de 2010

Razones de nada


Dar un paso más, ir un verso más lejos
para acercarse a la ausencia de sentido,
a la última frontera de la realidad.

Dejar a otro la infame tarea de explicar,
dejarte ir, informar jugando,
deleitarse con la mano desnuda.

Vomitar las palabras que arden
y arrasan el alma sin piedad,
dejando rescoldos de nada.

Sangrar tinta negra y espesa,
empeñar el verbo y la vida,
empeñarse en otra mentira.

sábado, 3 de abril de 2010

Paradoja


El día amaneció opaco.
Las calles desiertas se mostraban hostiles.
Ni golondrinas ni gaviotas.
Todos los semáforos gritaban precaución
titilando como estrellas sin alma.
En la distancia, el eco terrible de la soledad
amenazaba victoria.
No había tras los cristales de los escaparates
ni aire que respirar.
Todo lo invadía la tristeza y la inquietud,
y sin embargo...