sábado, 6 de marzo de 2010

Claroscuros


Sálvame de la luz,
no puedo enfrentarme a la desazón de saber,
las sombras de la noche
ocultan la respiración entrecortada de mi alma.

Déjame morir en silencio
mientras los pájaros cantan fuera
y recrean inconscientes las sagradas escrituras.

Permite al olvido hacer su trabajo
y borrar mis huellas clandestinas
de los caminos polvorientos del extravío.

Calla y no ahondes en la mentira.
Sufre y vive.
Ríe como si fueras río, tú también.

No me ofrezcas conocimiento vano,
si tu boca no me besa
nada hay que por mi puedas hacer,
sólo tu amor me redime,
sólo tu amor me esquiva.

Sálvame de la luz
y huye.

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