viernes, 26 de febrero de 2010

Poeta nocturno


Las palabras flotan esta noche en el aire
entre el humo denso de un cigarrillo engañoso,
como símbolos de todo aquello que nos distancia,
llagas que expulsan su hastío.
Las horas se suceden e impiden movimiento,
imponen tiránicas su abulia
exigiendo un último esfuerzo
en la búsqueda infame de un terco adjetivo.
Mi verbo anestesiado se resiste aún a la derrota
y apura un exiguo suspiro
con la absurda esperanza de nombrarte
y hacer del alba una fortaleza invulnerable al olvido.
Pero el día me acoge impotente, atribulado,
perdido en viajes estáticos y verdes,
buscando tu nombre imposible
mientras, inocente de pecado, tú aún duermes.

jueves, 25 de febrero de 2010

Ser aire desatado


Esta tormenta se encarga
de recordarnos la fragilidad
de ser humano,
de ser papel y tinta
a merced de agua y viento,
débiles ante los caprichos del tiempo.

No trascender más allá de una palabra
repetida hasta el hastío
no es el precio a pagar,
es la única bendición,
la catarsis bienhallada
de saberse ser sin huella.

Nadie llora por los muertos milenarios,
pero sus voces son aire desatado
clamando respeto,
imponente en el sinsentido,
son tempestad ofreciendo el consuelo
de no ser absolutamente nada.

jueves, 18 de febrero de 2010

Esclavos


Esta mañana el sol no salió,
camparon a sus anchas maleantes y delincuentes,
arrasando toda urbanidad a su paso,
nadie en las calles reclamaba justicia,
el individuo se hizo dios
e imperó el más fuerte,
aquél que era sordo a los lamentos ajenos.

Quizá mañana encontremos la fórmula
y seamos capaces de alumbrar,
de borrar la soledad que nos tritura
y nos impide ver.

Quizá mañana salga el sol
y los vampiros y los banqueros,
los asesinos, violadores y los rateros
se esfumen en su virtud,
y seamos esclavos de nadie.


(Ilustración de Carlos Barocelli)

martes, 16 de febrero de 2010

Poesía comprometida


No creo ser mejor que el peor de los mortales,
no ansío una eternidad glorificada,
mi reino se reduce a las palabras
que te dedico en mis poemas manuales.
Filosofo aficionado en cada esquina
siempre planteando interrogantes
que se desvanecen contigo delante
tras la tormenta de emociones que originas.
El porvenir se escapa a mi conciencia,
nunca he sido arquitecto de futuros,
alérgico a las fronteras y a los muros
no tengo otra patria que mis venas.
Cada verso que te escribo es un deseo
que nace orgulloso en mi entrepierna,
mi poesía no quiere ser eterna,
lo que quiere es libar tu gineceo.

sábado, 13 de febrero de 2010

Precipicios


Todas las mañanas me acerco a la ventana
con la esperanza perenne de un sol salvador
que dibuje en nuestra cama tu presencia
aún inconsciente en la vida que me ahoga.
Cuando te encuentro ensortijada en tus sueños
disfruto en silencio tu efímera sonrisa primera
como el filósofo súbitamente iluminado
que al fin comprende, se ríe y se recrea.
Sin embargo no te veo esta mañana,
la luz apagada de este día de lluvia no dibuja tu contorno
oculto entre mis sueños y las sábanas,
y siento el terror que se aproxima.
No hay huida posible al desamparo
de saberse impotente ante la nada,
de beber ausencia de esperanza,
de escribir con el alma en la mano.

jueves, 4 de febrero de 2010

Estética de la recepción


Leo ahora tus piernas,
metáforas perfectas de las columnas de toda catedral,
y me cuentan placeres sí de este mundo
aún en versos de pie quebrado.
Leo tu espalda interminable ajena a la nada,
tus senos que desplazan mi sentido
a un modo de ser para nada literario,
tu aliento entre dos lenguas hermanas y extranjeras.
Leo e interpreto tu mirada ausente,
llenando con mis sueños los vacíos que me obsequias,
recreando con mis manos tus sonrisas
esperanzado oteando el horizonte.
Sólo una duda atenaza mi lectura,
¿quién serás cuando vuelva sobre ti?
Y yo,
¿seré el mismo lector activo y sediento cuando vuelvas?

miércoles, 3 de febrero de 2010

Zoológicos


A veces huyo raudo para correr desnudo
y atravesar así la frontera que nos une.

De esas veces la mayor parte me descubro
sangrando de bruces e impotente,
empotrado en un muro de insignificancias
que pretenden ser quintaesencia.

Otras veces estudio los mapas de colores
que delimitan, que crean desconfianza.

De esas veces la mayor parte me ahogo
como la patera que naufraga,
o me siento ultrajado por la desfachatez
de quien me viola en la distancia.

No me gustan los zoológicos
con sus jaulas de mundos separados.