domingo, 27 de diciembre de 2009

L'ennui


Quién fuese el aire que respiras

y florece luego en un mar de verbo,

acariciando tu lengua.


La mañana ofrece tedio rebosante

de tu ausencia, otro día vacío

abocado al vagabundeo por tu recuerdo.


Nada calma mis ansias de ti.


Me extraña esta necesidad de vivirte,

de construirme en tu mirada,

de abrirme en canal el alma.


Quién fuese tu verbo y tu destino,

tu hogar humilde y orgulloso,

tu secreto, tu sexo, tu camino.

2 comentarios:

  1. No me convencerás, Álvaro. Sigo creyendo que no hay que hablar de sexo, ni pensar en sexo: ¡¡¡El sexo lo que hay es que practicarlo!!!

    Un saludo, poeta!

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  2. Otro saludo, anónimo.
    Y evidentemente estoy de acuerdo contigo, mejor la práctica efectiva que la oral, sin desmerecer...
    Nada más lejos de mi intención convencer...

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