miércoles, 9 de septiembre de 2009

El poeta ficticio


El negro lamento sordo,
lleno de destino opaco,
que surge del silencio profundo,
de la incapacidad suprema
de amor.

El yo inundado de espejos
que no permite la visión,
que deforma y te deforma,
que oculta el mundo
y el amor.

El poema cerrado sobre sí mismo,
repleto de palabras vacías,
de sentimientos abocados al fracaso,
hiperbólicos, que no habla
de amor.

El hombre vencido por la historia,
que permanece ciego invariablemente,
que permanece sordo todavía,
que ha perdido el rumbo
y el amor.

Todo es mentira.

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