viernes, 28 de agosto de 2009

Amor senil


Armoniosa es la voz de la mujer que al alba
canta tu nombre mientras se lava los dientes.
Bella su belleza de bata raída por el tiempo,
la hipoteca y los impuestos.
La ternura inunda tu rostro cuando,
por enésima vez,
te invita a ser Guillermo Tell
frente a la taza del váter.

Es ella y no otra la que cura tus heridas
cuando llegas a casa derrotado por la vida,
sangrando lágrimas saladas junto a ti,
haciéndose ovillo en tu dolor.

A pesar de todo a veces la vista huye
tras cuerpos de otro tiempo, llevándote
a un sueño de satén y noche eterna,
del que despiertas sudando, intranquilo, sin ella.

A pesar de los pesares, de los gritos,
de las deudas en la cuenta del olvido,
es ella, no otra, quien te observa,
satisfecha, y te ama.

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