domingo, 12 de julio de 2009

Don Juan (fragmento) - Gonzalo Torrente Ballester


Pude sentirme sin la Gracia de Dios y sin las tentaciones de Satanás. Sin embargo, mi corazón comprendía que aquello no podía durar, que ni Dios ni el diablo permanecerían eternamente mudos, que uno y otro me acosarían, como es su oficio. Aproveché la ocasión para quejarme al Señor de que no hubiera otro camino, una tercera vía de independencia. "El que no está conmigo, está contra mí", había dicho el Señor; pero ¿por qué necesariamente con el diablo? ¿No se podía estar -por ejemplo- con los hombres?

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